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domingo, 6 de marzo de 2016

TU CREES EN DIOS?

Tú sabes rezar? Soltó así sin más, sin venir a cuento.
Sus amigos se miraron preguntándose qué le pica ahora éste... Nunca habían hablado de ello, no por nada, simplemente no había surgido el tema.

Pero, os sabéis el Padre Nuestro? Insistió.

De verdad, a ti qué te pasa? Le respondieron casi al mismo tiempo.

No, va, en serio, sabéis rezar o no?

Si. Dijeron los otros dos y, seguidamente, uno de ellos se lanzó a recitárselo mientras el curioso escuchaba atentamente, casi con la boca abierta, incrédulo de lo que sabían y él no.

Y cómo lo sabéis? Habéis hecho la comunión los dos? Claro, debe ser eso, yo no se rezar porque no hice la comunión. Arrancó en un monólogo de preguntas y respuestas a sí mismo sin dejar que nadie interviniera. Hasta que por fin frenó y pudieron contestarle.

Yo tampoco hice la comunión pero mi abuela era creyente y de pequeña, cuando nos quedábamos en su casa, rezábamos con ella antes de ir a dormir. Contestó la chica.

Yo si la hice. Mi familia son creyentes y practicantes, antes yo solía ir con ellos a la iglesia. Continuó el marido.

Entonces, creéis en Dios? Continuó insistente en su particular cuestionario como queriendo profundizar en el asunto sin saber muy bien cómo.

Se puede saber qué te pasa? Preguntó el chico, esperando cualquier contestación mientras empezaba a sospechar que les estaba tomando el pelo, pero la respuesta fue, si cabe, más inesperada aun.

Es que quiero hablar con Dios y tengo entendido que para que te escuche hay que rezarle antes un Padre Nuestro.

Los chicos se echaron a reír, realmente el diálogo hasta el momento había sido surrealista pero el último razonamiento lo superaba con creces, teniendo en cuenta que se trataba de una conversación entre adultos. 

- Tengo que  preguntarle que por qué si es verdad que existe, cómo permite que haya guerras, que la gente se mate, que se abuse de niños, que roben los políticos, que los pobres vivan en la calle...  Prosiguió.

¿Qué contestar a eso? ¿Cómo darle un razonamiento sensato a alguien que está tan "verde" en el asunto? ¿Cómo no influenciarle con nuestras propias creencias personales? ¿A caso hay alguien que tenga la verdad absoluta? ¿Jesucristo y Dios son lo mismo? ¿La iglesia realmente difunde la palabra de Dios? ¿Si alguien necesita o quiere creer en algo le vas a quitar la idea de la cabeza? ¿Cómo explicarlo sin ofender a nadie?

Suelo hablar con Dios o con quien quiera que haya allí arriba, todas las noches, doy las gracias por todas las cosas buenas de las que disfruto a diario, por sentir el amor de los míos, por tener una casa, un trabajo, por sentirme feliz y le pido que me perdone por todos los errores que cometo. Quizás no sea con Dios con quien hablo, tal vez me doy las gracias a mí misma por seguir fuerte adelante y me perdono por las pifias que llego a hacer a lo largo del día. Sea como sea a mi me vale pero, considerándome una mujer hecha, derecha y sensata, cómo le explicas eso a alguien sin parecer una hippie flower power?
¿Alguna vez os habéis planteado cómo resolveríais una situación semejante?




jueves, 11 de febrero de 2016

A VER CÓMO TE LO DIGO... ERES TONTO!


No es que me crea más lista que nadie pero es que hay gente muuuu tonta!!! No puedo decir quien es el protagonista de mi entrada porque me juego mucho y por ahora no tengo un plan B para soltarlo así, sin tapujos pero necesito desahogarme...

Cutre, tacaño, corto... no hay por donde cogerlo, bueno se salva porque no es mala persona pero no me cabe en la cabeza como se puede ser tan tonto!!! A ver, si te pones a hacer algo, concéntrate un poquito y te saldrá medianamente bien, pues no! Ala, a lo loco, improvisando, actuando impulsivamente, resultado: UN CHURRO!!!

De verdad que nadie le dice a la cara que hace el ridículo? La gente que lo quiere lo podría aconsejar un poquito porque no me creo que todo su entorno tenga su misma capacidad intelectual y que ninguno vea  que hace el pena... Yo he intentado hacérselo ver, con buenas palabras, claro está pero me he cansado, ya me he rendido y al fin y al cabo tampoco es mi problema, ya se apañará.

¿Vosotros también conocéis a alguien así? De esa gente que cuando veis lo que hace o como actúa os echáis las manos a la cabeza y sentís cierta vergüenza ajena? Por favor!!! Y lo más es tener que oír como él mismo se dice lo guapo y lo bueno que es en todo... Hay que joderse!!


sábado, 6 de febrero de 2016

INVASIÓN FECUNDADORA













No sé si confesarme o seguir guardando mis deseos únicamente para los más íntimos,
pues de lo contrario, esta entrada perdería el tono de humor que pensé para ella el día 
que me vino a la cabeza por primera vez... Lo cierto es que desde el día que se me ocurrió
hasta hoy he recibido noticias inesperadas que no me acaban de dejar tomarme el tema a broma
tal y como había previsto, así que, una vez más, ante la pantalla del ordenador, me encuentro en
una encrucijada al más puro estilo Bridget Jones y sin saber muy bien cómo quedará este
escrito... Dudando si amenizar mis letras con acordes circenses o por el contrario optar por una
banda sonora como la que ahora resuena en mí y que tal vez nos haga derramar alguna lagrimilla.
No sé. daré rienda suelta a mis dedos sobre el teclado y ya veremos qué pasa.

Dicen que a todas las mujeres, en algún momento de su vida se les despierta el reloj biológico,
pues en mi caso  predije, seguramente con excesiva previsión y exactitud, que el mío se
encendería a los 25, si si a los 25, qué loca, no? Pero bueno,  las cosas no siempre suceden
como uno las planea, verdad? Así que esperé un poco más e irremediablemente mi reloj
biológico entró en letargo durante casi diez años, funcionó a días, se paró a meses, marcaba
las horas y luego quedaba inmóvil, a veces sentía el tic tac y otras veces enmudecía...
En ocasiones me convencía yo sola con motivos personales, otras laborales, económicos,
descartaba momentáneamente la idea de modificar mi rutina por ser mamá, a veces
intensamente otras veces inconscientemente pero siempre ha estado ahí el deseo.

La vida son etapas, casi todos pasamos por cada una de ellas más o menos del mismo modo;
En la adolescencia "No tienes novio?" te preguntan, después de un tiempo en pareja,
"No os casáis?" Y entonces es cuando tus amigas van "cayendo" y las barrigas van creciendo,
llega esa época en que llegan los niños, unas son más rápidas, otras se lo toman con calma
aunque siempre es una alegría, programada o inesperada, un embarazo generalmente, por lo
menos a mi modo de ver, es motivo de felicidad. El problema es que todo está tan dictado
por la sociedad, que eso tiene que ser así en determinado momento que parece que, si por
las circunstancias que sean, no lo es, una se siente un poco "bicho raro". Las típicas preguntas
de si tienes novio, para cuándo la boda...  y cuando te casas, si o si llega el "Y los niños?"
Sin olvidarnos del simpático reproche, siempre cariñoso, cuando es tu hermana o hermano
menor el que se te "adelanta"... No es que me queje de ese tipo de preguntas, porque supongo
que yo he caído en el tópico infinidad de veces pero, nadie se pregunta cómo se siente o qué
quiere el destinatario de nuestras dudas? Uno a veces no tiene novio, no se casa o no tiene
hijos porque no quiere, no puede o incluso porque no lo consigue o tal vez, porque se siente
tan presionado por el entorno que su cuerpo no logra relajarse... Cooo!!!

Hace ya mucho tiempo que me convencí de que las cosas pasan porque tienen que pasar,
o no lo hacen porque no deben y en eso me cobijo y por eso no quisiera dramatizar con el
tema aunque ahí esté... Y es una realidad.

Concluyendo, llegados a este punto, sigo sin saber a dónde me lleva esta reflexión ni por qué
estoy aquí compartiéndola con vosotr@s... Sólo sé que el esbozo de esta entrada empezaba:
"Me pregunto qué pasó la primavera de 2015 para que amigas, primas, compañeras y el 90%
de féminas que conozco, en edad de procrear quedaran todas preñadas..."  Y he acabado
contándoos cómo se ha desviado de su ruta inicial mis planes respecto a la maternidad,
es que... Así soy yo!


viernes, 29 de enero de 2016

VAGOS RECUERDOS

















Ojeando fotos he vuelto la vista atrás y allí estaba,
una imagen viva transformada ya solo en diapositivas inertes,
una sombra de lo que un día fue,
sueños de vida desvanecidos que se esfumaron
del mismo modo que se alejó su figura tras la puerta la última vez que la cruzó.

Confieso que en ocasiones, una conversación, una canción, algo le trae a mí,
muy de vez en cuando me vienen a la mente los días felices,
pero también los días tristes... 
nubes secas que no producen ninguna reacción en mí,
simplemente vienen,
fluyen con la incerteza de si ocurrieron realmente
o son el vago dejà vue de una película que viví
o puede que tan solo viera en un cine del que no logro acordarme.

Si me esfuerzo, si cierro los ojos y me concentro,
me invaden difuminadas imágenes en las que aun puedo verme, 
aunque ahora ya en tercera persona,
como mera espectadora me recuerdo idealizando la vida,
luchando por cada proyecto común, emocionada por cada ilusión que tuvimos,
cómo palabras de aliento aliviaban angustias,
pero sobretodo me invaden sentimientos, ya caducos, creencias desdibujadas.

En la distancia, resulta mucho más sencillo
ver como la energía se atenuaba con cada desacuerdo,
cómo la risa fue enmudeciendo hasta no emitir sonido alguno,
cómo desperté del sueño y cómo el cielo se tornó oscuro.
Desperté.
Desperté y, por un instante, creí que nunca volvería a soñar.

Con sus pasos saliendo por la casa,
se marcharon muchas cosas, cosas que dolían,
heridas a flor de piel, lágrimas amargas, una vida...
Y en la huida, algunas de esas cosas transformaron su contorno,
otras se rompieron,
pero con los días, las semanas y los meses,
las lágrimas se secaron, la risa recuperó su voz,
la inocencia dejó de ser infantil y se hizo mayor,
las heridas cicatrizaron y volvieron los días de sol.

Dolió desprenderse, lo hace siempre cuando amas,
pero una vela que se consume no puede mantener su llama viva para siempre
y sientes frio
y buscas abrigo, 
hay quien se cobija en el odio o el rencor...
no son buenos consejeros esos dos...
Solo el tiempo cura los rasguños del corazón. 

Han pasado los años, no hemos vuelto a cruzarnos 
a veces pienso cómo su vida debe haber cambiado el rumbo
al igual que lo hizo la mía,
nada debe de asemejarse a lo que pudiera imaginar, 
a lo que un día fue,
ahora no es más que un desconocido,
un personaje ficticio creado a partir de quimeras
aderezadas con las experiencias que cargo a las espaldas después de aquello.
Si le pienso, no es en él en quien pienso, es el personaje,
lo único real, lo único que me pertenece es un vago recuerdo
que no se si viví o vi en alguna película,
un recuerdo que quedó guardado en un cajón
junto con los días, los momentos, las palabras, las risas, las lágrimas, las fotografías...



sábado, 23 de enero de 2016

DE VUELTA A MYNORITA


He vuelto al blog, de nuevo en MyNorita's land, después de meses sin pasar por aquí. En este  tiempo he pensado mucho en él, en este rinconcito del mundo sólo mío, en los amigos de la bloggesfera... no encontraba el momento de regresar, de evadirme de la vida real para soñar un rato pero, aquí estoy de nuevo. La  realidad me ha tenido absorbida, el cambio de casa, el trabajo, falta de tiempo... qué se yo.

El motivo de mi vuelta no lo se ni yo, puede que esté un tanto cansada nuevamente de la cotidianidad, de la rutina, de pensar siempre en los demás, de intentar agradar a todos con poco de retorno como respuesta y tengo el anhelo de encerrarme en el cascarón, aunque sea un ratito al día. O tal vez necesite volver al psicólogo y en vista de que la economía sigue sin permitirlo opto por la terapia del desahogo escrito...

Será el tiempo? O tal vez el frío lo que me pone de mala leche? La energía positiva me dura hasta después del café con leche de la mañana, a ver si va a ser la leche... Seré alérgica a la lactosa? Estas cosas están muy de moda últimamente...

Hartita estoy!!! Del trabajo, de que no se me reconozcan las cosas, de que otros se lleven los méritos de mi esfuerzo, de cargarme yo con la mayor parte de las tareas de casa, de que se presenten en casa los amigos de mi novio cuando me apetece descansar, de llegar a duras penas a fin de mes, de no tener un sueldo como dios manda, del ruido que hace el coche que huele a €uros, de discutir, de que el cachorro no aprenda ya a hacer sus cosas en el puñetero periódico... De que en la tele sólo se hable de política, de que nos gobiernen hipócritas, de que la gente se apalanque, de que veamos injusticias a diario sin que nadie haga nada al respecto... De toito estoy harta!!! Y como estoy harta, todo me parece mal y entonces me castigo dejando de hacer cosas que solían gustarme porque estoy de mal humor y me enrabio conmigo misma y entro en bucle... aaaarrrrrrggggggg!!!!!

Se me pasará, seguro que se me pasa (ESPERO) pero es que cuando acumulo unos cuantos días así, y este año lo llevo casi enterito, vale que si, que no llevamos ni un mes de 2016 pero cuando lo veo todo negro no me aguanto ni yo así que nada, ya he volcado un poquito de frustración a ver si recupero el aliento.


                                                      



sábado, 16 de enero de 2016

VIDAS CON FECHA DE CADUCIDAD



¿Recordáis cuando las cosas eran para siempre? Cuando nuestros padres, o nosotros mismos, nos enamorábamos perdidamente pero hasta el infinito? Cuando la gente daba el si quiero hasta que la muerte les separaba? Cuando comprábamos casas para vivir por el resto de nuestra vida? Cuando un contrato laboral indefinido era indefinido? Cuando la gente se jubilaba tras dar toda su vida a una misma empresa y a su patrón?


¿Me estaré haciendo mayor al plantearme esto? Quizás si... Lo cierto es que en algunos aspectos el que las cosas "caduquen" ha sido toda una evolución pero en otras... más valdría que las hubiéramos dejado como estaban. 

El mundo ha cambiado, la gente ha cambiado, ya nada es eterno, ni lo que tienes, ni lo que pierdes, ni tan solo lo que sientes pero, ¿Eso es bueno? A veces tengo la sensación de que el hecho de que todo sea, en cierto modo, efímero, le resta valor o por lo menos, ya no tiene el valor que tenía antes y si no, recuerda la primera vez que te despidieron de un trabajo o la primera vez que se te rompió una relación. Cada cual lo supera a su manera y cada uno lo encajamos como buenamente podemos pero cada vez se lleva mejor, o no? El asimilar que todo tiene fecha de caducidad, nos hace ver las cosas de otro modo y no tomárnoslo tan a pecho.

Otro ejemplo es el tema de la vivienda, comprarse un pisito como garantía de que nunca más tendríamos problemas económicos, dejó de tener gracia cuando tu casa no iba a ser tuya hasta pasados treinta o cuarenta años y mientras tanto, siempre que no dejaras de pagar, el banco te dejaba vivir el ella. Sin contar que eso suponía no cambiar jamás de barrio, ni de vecinos, ni de ciudad evitando así el "trauma" de afrontarse al miedo de lo desconocido, de adaptarse a otro lugar, a otra gente, a otra cultura... Visto así, que más le da a uno "alquilarle" el hogar al director de la oficina o a un casero particular, es más, buscando las ventajas, éste último hasta te deja marcharte, como aquel que dice, cuando te de la gana sin reclamarte nada, mientras que el otro, te exprimirá sea cual sea tu situación a lo largo de tu vida, sin perdonarte ni un centavo hasta que pagues hasta el último euro que valga tu casa y un poco más... 

A veces no es, ni siquiera una decisión propia y las circunstancias te llevan a cambios, yo misma, que fui una niña que viví y crecí con bases firmes y creí en los valores tradicionales de la España de la transición, a mis casi 35, intenté llevar una vida como la de mis padres pero no funcionó ni el primer trabajo, ni el matrimonio, ni muchas de las amistades de colegio, cambié de pareja, de casa, de forma de pensar, muchas veces, y aquí sigo buscando mi lugar, aprendiendo de cada experiencia hasta encontrar el lugar definitivo donde asentarme. Sé que a muchos de mi generación si les resultó y el primer camino que tomaron fue el correcto, se adaptaron al modelo "normal" pero a mucho otros no, puede que sea cuestión de suerte, o de inconformidad, no lo se... 

La sociedad moderna, en general evoluciona hacia lo nómada en búsqueda de oportunidades, de experiencias, nos abre a un mundo más global pero, ¿se cobrará algo a cambio esta transformación de muchos de los hombres y mujeres de hoy? ¿Realmente así lograremos sentirnos libres? ¿Pierde por este camino el ser humano valores como el del amor o la familia? Sea como sea, no hay vuelta atrás así que, asumamos con optimismo que, como la vida misma, todo viene con fecha de caducidad por lo que si quieres vivir intensamente disfruta cada momento y si algo no piensas perder hoy, aférrate a ello porque mañana, tal vez, ya haya caducado.